La capital ha instalado más de mil cajas nido siguiendo el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad del Ayuntamiento. Este programa prevé favorecer la nidificación y la población de la fauna, proporcionando espacios seguros para la cría de herrerillos, carboneros comunes, gorriones molineros, garrapinos y murciélagos.
Ya se han colocado 450 de estas cajas nido y se espera que se instalen 645 por parte del Área de Medio Ambiente y Movilidad, regido por Borja Carabante. Esto hará que la ciudad cuente con más de mil cajas nido para esta primavera.
La mayoría de estas cajas nidos serán para albergar aves insectívoras, aunque también están pensado para murciélagos. Este proyecto prevé mejorar la biodiversidad, puesto que aves como los carboneros se alimentan de larvas al igual que los murciélagos persiguen a la procesionaria en su fase adulta.
Las cajas estarán distribuidas por todo Madrid, dando una oportunidad a los animales que cada vez tienen menos posibilidades debido a la falta de árboles. El Ayuntamiento ya tiene colocadas algunas en Madrid Río, Casa de Campo, parque del Oeste, paseo de la Castellana, parque Emperatriz María de Austria o la colonia del Manzanares. No obstante, se esperan que se coloquen de la siguiente manera:
- 235 en Arroyo de Rejas (San Blas-Canillejas)
- 235 en Fluvial de Sanchinarro (Hortaleza)
- 200 en La Latina
- 235 en Arriaga (Ciudad Lineal)
- 160 parque de las Cruces y Aluche
- 40 en el Pinar de San José
- 235 zona del apartamiento del Capricho (Barajas)
La instalación de las cajas se realiza únicamente por profesionales designados por la Comunidad de Madrid y se realizarán a una altura de entre 3 y 5 metros, dependiendo de la zona. La época para colocarlas será entre julio y febrero, anticipando la cría. Además, la distribución de las cajas no se hace de manera aleatoria, sino que se busca la localización mejor orientada y que tengan unas buenas condiciones para la nidificación.
La caja está construida con madera de pino maciza y protegidas con aceite de linaza. Tras su instalación, los profesionales hacen un seguimiento de las funcionalidades de esta, alimentando a aves y polluelos. Se siguen sus procesos ecológicos para ver la viabilidad del proyecto. Si todo va bien, la caja puede servir como hogar para las aves por un lapso de 10 años mientras se cuiden con tareas de mantenimiento.