Tras esta opaca sesión de investidura, después de esos acuerdos “ocultos” con la peor representación política española. La más sectaria. La defensora de los asesinos terroristas. La secesionista. La que no cree en España ni los españoles. La que vive a costa de demagogias, falsedades, fake news y con el más alto índice de hipocresía política. Después de todo esto.
Afirmo con gran tristeza. Gracias a los miserables, Pedro Sánchez ha conseguido ser Presidente del Gobierno de España.
Ha ganado. Si. Y España ha perdido. Han ganado los que se han unido en un gesto de traición, engaño e hipocresía hacia todos los que defendemos nuestro país, la libertad y la memoria y justicia de aquellos que fueron asesinados por no pensar igual que un puñado de terroristas a sueldo. Mercenarios. Asesinos.
Pedro Sánchez se ha alzado con la victoria. Pero siempre será una victoria gracias a miserables.
Cuentan las malas lenguas que se ha hecho un retoque estético para salir “mejor en las fotos, la tele”. Por mucho botox que se pongan Sánchez o todos los que le han apoyado en esta acción miserable, jamás borrará lo que ha conseguido.
Nunca.
Sin embargo, muchos seguiremos defendiendo este país que tanto amamos, seguiremos defendiendo la libertad que usted quiere limitar e incluso suprimir, seguiremos defendiendo nuestra Constitución. Esa que ustedes quieren romper. Y defenderemos nuestra monarquía.
Ningún político ha llegado tan alto gracias al apoyo de quienes tienen manchadas sus manos de sangre. Sangre, también de los suyos.
Ningún político había traicionado tanto a los españoles dando cobertura a los secesionistas catalanes.¡España no se vende!
Y ningún político había sido tan ruin de blanquear corrupciones de socios suyos, populistas peligrosos y falsos “pastores” radicales.
Ninguno. Salvo Pedro Sánchez.
En democracia lo sano es debatir ideas, y respetar al adversario. Pero siempre respetando una base común. A unas reglas mínimas de convivencia. En nuestro caso, nuestra Constitución.
Cuando el objetivo de la democracia es dinamitar lo que nos une a todos los españoles. Pactando con el espectro más miserable del Congreso, consigue que muchos piensen y apelen al “todo vale”. Porque el señor Sánchez ha dado el pistoletazo de salida.
Dicho esto. Y aunque el corazón me pide encarecidamente que adjetive al Presidente del Gobierno con un calificativo similar al de sus socios, los políticos tenemos y debemos escribir y hablar con cabeza. Porque para confrontaciones ya les tenemos a ellos.
Los españoles somos demasiado valiosos para que nos quieran utilizar unos y otros.
Pablo Casado puso un proyecto común de España sobre la mesa y dos partidos políticos que ahora se indignan ante la investidura pasada, dijeron NO. Ese error garrafal no podemos ni debemos olvidarlo. Sobre todo ahora que vemos actuaciones para conseguir el minuto de oro más aplaudido. Y eso duele.
Por eso, en este escalofriante escenario político nacional. Y sin ninguna duda. Me quedo con el Partido Popular. Con la firmeza del PP. Con el sentimiento y lealtad al Estado y a nuestro país de Pablo Casado.
Seguiré defiendo el proyecto político del PP sin complejos. Lo he hecho, lo haré y lo seguiré haciendo. Y desde el 7 de enero con más ilusión, si cabe. Es necesario que todos seamos responsables ante la situación creada. Unos y otros.
Menos griterío, menos “concentraciones” y más sentido común y responsabilidad.
Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, está demostrando una madurez política aplastante contra todas las limitaciones que la izquierda radical y totalitaria quiere imponernos. En nuestra Comunidad nadie va a perder la libertad, ha llevado a los tribunales a Pedro Sánchez y seguirá haciéndolo siempre que sea necesario. Por los madrileños. Por los españoles.
Pablo Casado va a hacer una oposición firme y con un absoluto control de este gobierno totalitario donde debe hacerse. Porque esa es su responsabilidad.
Y ahí deberíamos estar todos juntos. Porque, ya lo dijo el PP, la izquierda totalitaria no hubiese alcanzado el poder, si todos los que defendemos los valores constitucionales, nos hubiésemos unido. Si todos los que defendemos la unidad de España, la libertad y la bajada de impuestos. Hubiésemos ido de la mano. No fue posible. No quisieron. Lo pudimos evitar.
Y el 7 de enero no hubiera acontecido uno de los episodios más retrógados y tristes de la historia de nuestra democracia.
Pero tenemos que mirar al futuro. Y mirar siempre hacia delante. Y espero y deseo que algunos dejen de mirarse tanto el ombligo, las multitudes, la foto, el titular. Y nos centramos todos en lo que de verdad importa ahora. España. Los miserables ya tienen a su líder. Los españoles necesitamos a Pablo Casado.