Los Reyes Magos recorrieron este domingo las calles de Madrid, donde repartieron 1.800 kilos de caramelos con envoltorios biodegradables. En compensación fueron obsequiados por todos los madrileños con un roscón con el que pudieron reponer fuerzas antes repartir los regalos.
Fueron once las carrozas que desfilaron desde la plaza de San Juan de la Cruz hasta la sede del Ayuntamiento de Madrid, donde Melchor, Gaspar y Baltasar fueron recibidos por el alcalde José Luis Martínez-Almeida.
En el escenario erigido frente al Palacio de Cibeles no faltaron las luces, la nieve artificial, fuegos artificiales desde las alturas de Cibeles, música y baile.
Esta ha sido la primera Cabalgata cardioprotegida de la historia, con un desfibrilador por carroza, y además se han repartido cientos de pulseras a personas con discapacidad para solicitasen apoyo en las zonas acotadas.
Asimismo los niños hospitalizados han podido ver el desfile desde 300 plazas reservadas; las personas con problemas auditivos o con implante coclear han contado con un bucle magnético para aumentar la percepción sonora y con mochilas vibratorias que permite escuchar la música a través del tacto que produce la vibración del equipo en el cuerpo.