El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha acordado este martes los trámites necesarios para la aprobación del anteproyecto de reforma de Ley Orgánica que tiene como objetivo la supresión de la figura del aforamiento aplicada a diputados autonómicos y miembros del Ejecutivo.
Así lo subrayado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, quien ha comparecido junto al consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty.
Aguado ha destacado que el objetivo del anteproyecto es avanzar para que no haya ciudadanos «de primera y de segunda».
En las próximas semanas, este texto pasará a la Asamblea de Madrid, donde iniciará su tramitación parlamentaria, de forma que si obtiene una mayoría cualificada de dos tercios se podrá remitir al Congreso de los Diputados para su aprobación definitiva.
Con la activación de esta iniciativa, el Gobierno regional busca acabar con «los privilegios políticos» en las actuaciones relacionadas con la Justicia, equiparando a todos los ciudadanos ante la ley.
La voluntad del Ejecutivo es suprimir cualquier tipo de régimen especial para cargos públicos y evitar situaciones de desigualdad en procesos judiciales.
El aforamiento, como ha avalado el Tribunal Constitucional, debe ser una prerrogativa excepcional para preservar la independencia y evitar potenciales presiones externas frente a cargos políticos o institucionales, y nunca debe constituir un privilegio.
Asimismo, el propio encausado puede ver restringido el régimen de recursos de resoluciones judiciales por la existencia de la figura de aforamiento.
Por estos motivos, el anteproyecto introduce las modificaciones necesarias en el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid para que las causas penales que se desarrollen contra un diputado de la Asamblea de Madrid o un miembro del Consejo de Gobierno de la Comunidad dejen de atribuirse al Tribunal Superior de Justicia o al Tribunal Supremo y pasen a la primera instancia del Juzgado o Tribunal que corresponda.
Conforme al artículo 64 del Estatuto de Autonomía, la iniciativa de la reforma corresponde al Gobierno o a la Asamblea de Madrid y requiere de la aprobación de la Cámara regional por mayoría de dos tercios.
Posteriormente, se necesita la aprobación de las Cortes Generales mediante ley orgánica.
Por eso, una vez que culmine la tramitación del texto en la Asamblea, la iniciativa debe ser remitida bajo la forma de proposición de ley a la Mesa del Congreso de los Diputados.