El otoño es una época del año ideal para la reflexión y la meditación. Y lo podemos hacer de manera introspectiva… o dejándonos seducir por los majestuosos paisajes que nos deja esta estación. Esos que podemos contemplar en cinco parques de Madrid, cuya belleza se multiplica estos meses de manera exponencial.
El Retiro
Obviamente, no podíamos empezar por otro enclave que no fuera este pulmón de la capital. Dentro de sus más de 125 hectáreas, el Parque de El Retiro alberga, además de cientos de rincones idóneos para cerrar los ojos y respirar, el árbol más antiguo de Madrid, la ermita de San Pelayo y San Isidoro o el icónico Palacio de Cristal, una de las mejores muestras de arquitectura del hierro en nuestro país.
Jardines del Príncipe de Anglona
Una de las joyas ocultas de Madrid. Los Jardines del Príncipe de Anglona es uno de los pocos ejemplos de jardín nobiliario que se pueden visitar en la actualidad. Sólo entrando a su interior podemos disfrutar de este bucólico lugar, que con su trazado en piedra y fuente central nos traslada de inmediato a cientos de años atrás. Un lugar único, adyacente a la calle de Segovia, que te enamora para siempre cuando lo has descubierto.
Jardines de Sabatini
En el lugar en el que se encontraban antaño las caballerizas del Palacio Real diseñadas por Sabatini, se creó a principios del siglo pasado esta espectacular zona verde que, cuando llega el otoño, se tiñe de otros cientos de colores propios de la estación. Imperdible especialmente el atardecer, contemplando como el Sol se va desvaneciendo en el horizonte no sin antes reflejarse en las tranquilas aguas del estanque.
Parque de El Capricho
Más alejado del centro, concretamente en la Alameda de Osuna, está el Parque de El Capricho, un lugar trufado de senderos, arroyos, fuentes, plazas, esculturas, un palacio e incluso un búnker (visitable) de la Guerra Civil. Un paraíso que no se puede explicar con palabras y que sólo visitando se puede alcanzar a comprender la belleza que encierra.
Casa de Campo
Como no podía ser de otra manera, no podíamos olvidarnos de la Casa de Campo, el mayor parque público del municipio de Madrid. Su biodiversidad, el imprescindible lago, las rutas para hacer en bici o a pie… Se nos acaban los adjetivos para describir esta seña de identidad de los ‘gatos’, que recomendamos ver desde el teleférico en perspectiva para luego perderse por su interior.