BBVA Research prevé una desaceleración del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad de Madrid que pasará del 3,7 por ciento del año pasado al 2,6 por ciento en el año 2019 y al 2,2 por ciento el próximo ejercicio 2020.
El Observatorio Regional de BBVA Research, correspondiente al cuarto trimestre del año, pronostica una caída del crecimiento de la economía española del 2,6 por ciento de 2018 al 1,9 por ciento este año y al 1,6 por ciento el que viene.
El informe avanza «una desaceleración generalizada de la actividad a nivel territorial», por el descenso del gasto de los hogares, el freno de las exportaciones de servicios turísticos y el menor impulso de la demanda europea, aunque la revisión a la baja de las previsiones no es homogénea en su magnitud.
La actividad de las comunidades insulares, así como del centro y norte peninsulares se estaría viendo más afectada.
El turismo nacional ha sostenido el crecimiento de las regiones mediterráneas y de Madrid.
Con los datos disponibles, el crecimiento en 2019 continuaría liderado por Madrid (2,6 por ciento), Castilla-La Mancha (2,1 por ciento) y Navarra (2,0 por ciento).
En el extremo opuesto, Canarias (1,6 por ciento), Castilla y León, Galicia y La Rioja (1,5 por ciento) se situarían en la cola del crecimiento, por debajo del conjunto de España (1,9 por ciento).
Para 2020, las previsiones del Servicio de Estudios de BBVA apuntan a que Madrid, Navarra, Castilla-La Mancha, Cantabria y País Vasco podrían crecer por encima del 1,6 por ciento esperado para España.
Canarias y Baleares serán el próximo año las regiones menos dinámicas y el noroeste volverá a crecer por debajo de la media.
El estudio indica que en Navarra, Extremadura, Madrid y la Comunidad Valenciana, la producción industrial estaría reflejando el buen pulso de las ventas de bienes.
La demanda de los principales socios comerciales de España continuará débil el año que viene.
En el escenario global, el ‘brexit’ representa uno de los riegos más evidentes, junto al aumento de las tensiones comerciales, que condiciona la evolución del sector exportador.
A nivel interno, el retraso en la toma de decisiones que afectan a las reformas necesarias para garantizar un crecimiento más inclusivo y estable, y la inestabilidad política, junto con el reciente aumento de la tensión en Cataluña, son los son los principales factores de riesgo.