El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha anunciado este lunes que el censo de cotorra argentina en los parques de Madrid ha crecido un 33 % en los últimos tres años, pasando de las 9.000 registradas en 2016 a las 12.000 que se han contabilizado este año.
Este incremento de población se ha convertido en un verdadero problema para la ciudad, y desde el Consistorio se ha anunciado la presentación de un plan en los próximos meses para reducir y controlar la población de estos alados en la capital, con una batería de actuaciones en colaboración con la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife. Entre otras medidas quedarán incluidas el sacrificio ético y la esterilización de los huevos.
La proliferación de estas aves supone un grave peligro para el ecosistema y la seguridad de las personas. Su agresividad a la hora de competir por el alimento con otras especies, su actividad depredadora y su incidencia en la modificación de los hábitats y los daños provocados sobre los tallos y brotes tiernos de la vegetación que emplean para hacer sus nidos la hacen muy nociva para el equilibrio de la fauna y la flora de Madrid. Asimismo, esos nidos pueden llegar a alcanzar un peso de hasta 200 kilos, lo que supone un riesgo para las ramas que los soportan y, como consecuencia, para los ciudadanos por posibles caídas. Hasta el momento no se había tomado decisión alguna para controlar este problema más allá de la retirada de algunos de estos elementos.
Del mismo modo, diversos artículos científicos han apuntado que estas aves pueden transmitir enfermedades al ser humano como la psitacosis, gripe aviar o salmonelosis, mientras que a otras aves les pueden transferir afecciones como la enfermedad de NewCastle, aunque son necesarios estudios concretos para determinar el riesgo real de estas infecciones. Y pese al escaso contacto con seres humanos por su carácter huidizo, los expertos enfatizan en la necesidad de reducir todo lo posible el número de ejemplares de cotorras.