La expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes no cree que España Suma «sea la mejor de las ideas» porque «busca volver a un bipartidismo forzado» y sugiere al PP «trabajar para recuperar su identidad ideológica como partido», que a su juicio está «en tierra de nadie».
Cifuentes ha acudido este lunes al plató de Ana Rosa Quintana (Telecinco). Después de un año y medio alejada de los focos -no de las redes sociales- la exdirigente del PP ha asegurado que su dimisión fue «planificada» por empresarios y políticos.
UN «LINCHAMIENTO» PLANIFICADO
Cristina Cifuentes ha afirmado que todo lo que condujo a su dimisión «se planificó en un despacho y se ejecutó con precisión matemática» y ha culpado de ello a políticos del PP y a «algún empresario que quería recibir un dinero de la Comunidad que no recibió».
Cifuentes ha sostenido que en su «linchamiento» se produjo una «tormenta perfecta» en la confluyeron diferentes intereses de distintas personas que la veían como la causa de sus problemas y decidieron «quitarla de enmedio».
Entre ellas, ha asegurado que había empresarios que «no vieron cubiertas sus expectativas económicas» y políticos del PP a los que «les vino de miedo» su dimisión en un momento en el que algunos en su partido la veían como la sucesora de Mariano Rajoy.
«Hubo también un componente de venganza en personas que me la tenían jurada desde que empecé a levantar alfombras», ha denunciado la que fuera presidenta madrileña desde 2015 a 2018, que ha recordado además que a la oposición también le «venía muy bien» desgastarla.
Tras defender que no tiene «nada que ocultar» y que su imputación en el caso Púnica le «sorprendió bastante» y fue un «mazazo» personal porque ella no tiene «nada que ver» en ese asunto, y ha insistido en que la adjudicación de la cafetería de la Asamblea de Madrid por la que está siendo investigada se hizo «atendiendo al cien por cien los requisitos técnicos».
ESPAÑA SUMA INVIABLE A NIVEL NACIONAL
Para Cifuentes, España Suma -la candidatura electoral común del PP, Cs y Vox propuesta por Casado- «puede tener su razón de ser y su sentido» en territorios como Navarra, el País Vasco y Cataluña, donde «se cuestiona la unidad nacional», pero a nivel nacional «no es viable», porque Cs no quiere y porque trata de aglutinar a partidos que son «muy diferentes entre sí».
«El PP lo que tiene que hacer es asumir la pérdida de votos, asumir que ahora hay un partido de derechas que es Vox y reivindicar el espacio natural de un partido liberal y de centro», ha defendido.
Sobre la posibilidad de unas nuevas elecciones generales en noviembre, la expresidenta madrileña ha afirmado que no es una buena noticia para el país, no solo por el «inmenso» coste económico que supone, sino porque «aumenta y mantiene la inestabilidad política», y ha asegurado que ella preferiría un gobierno del PSOE con la abstención del PP y Cs que un Ejecutivo socialista con Podemos o los independentistas.