Situada en pleno casco antiguo y con un recorrido de escasos 20 metros, la calle Rompelanzas es la más corta de Madrid. Está entre la Plaza de Callao y la Plaza de Sol enlazando la calle del Carmen con la calle Preciados y la calle Mesonero Romanes con la calle Maestro Victoria.
Antiguamente los carruajes tenían dificultades para entrar por esta calle debido a su estrechez, de tal modo, que en muchos casos se quebraban las lanzas de los carros tal y como se puede observar en la propia placa de la calle.
Al contario que ocurre con la calle más larga de Madrid, la calle Alcalá, esta de primeras, no es tan conocida. De hecho, pocas personas saben cual es, sin embargo, la gran mayoría hemos pisado sus aceras en cientos de ocasiones porque, una de ellas, es nada más y nada menos que donde se sitúan las oficinas de ventas de entradas del famoso FNAC de Callao. Y no solo eso, sino que todo su alrededor es la zona más emblemática de Madrid: la Plaza del Carmen, Cortilandia, Doña Manolita, es más, en época navideña la cola de la lotería llega hasta esta pequeña calle y el Monasterio de las Descalzas.