La ola de calor ya ha llegado a España. En nuestro país las elevadas temperaturas han comenzado este miércoles. Se prevé que estas duren hasta el domingo.
Durante esta semana Madrid alcanzará una temperatura máxima de 41 grados. Así, la capital marca su récord de temperatura en el mes de julio. Además, se trata de una cifra cercana a su máxima histórica en 1995, de 42,2 grados. Los días de mayor riesgo (riesgo importante) serán el jueves y el viernes, según las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología.
Hay numerosos consejos para afrontar esta ola de calor. Pero ¿qué efectos negativos conlleva el calor?¿Cómo se detectan sus síntomas? Saber las respuestas a estas preguntas puede agilizar una acción para luchar contra el calor extremo.
DESHIDRATACIÓN
En estas situaciones, el cuerpo suele perder grandes cantidades de agua a través del sudor. Por ello, hay que estar muy pendientes de los grupos de riesgos que están compuesto por ancianos, niños -sobre todo los menores de cuatro años- y los enfermos crónicos, ya que su organismo no es capaz de control la temperatura corporal de forma óptima.
Así pues, las altas temperaturas conllevan riesgos de deshidratación. Durante el periodo estival y sobre todo en olas de calor, es fundamental llevar una correcta hidratación. Al respecto, Débora Nuevo, una doctora del servicio de medicina interna del Hospital Nuestra Señora del Rosario, apunta que «estamos acostumbrados a beber cuando tenemos sed, pero la sensación de sed aparece cuando ya se ha perdido líquido y hay cierto grado de deshidratación«.
Ello puede afectar de forma leve, pero también puede llegar a presentar un problema grave. Así pues, resulta clave aprender a detectarla. De este modo, los síntomas a los que hay que estar atentos y pueden avisar de una deshidratación son:
- Sed intensa
- Piel seca
- Menor micción (orina)
- Aparición de fatiga, debilidad, cansancio y/o somnolencia
- Sensación de mareo o confusión
- Aumento de pulso y frecuencia respiratoria
Para prevenir la deshidratación, la doctora señala una serie de recomendaciones y consejos relevantes:
- Es recomendable beber de 2-3 litros de líquidos de manera continua y en pequeñas cantidades. Y es mejor si es a temperatura ambiente.
- En caso de realizar esfuerzos físicos, hay que aumentar dichas cantidades y vigilar las pérdidas a través del sudor.
- Optar por variedades de bebidas. Los diferentes sabores de infusiones, refrescos, zumos o lácteos pueden ayudarnos a beber lo necesario.
- Llevar siempre a mano una botella con líquido. De esta manera, nos sirve para recordar que necesitamos beber de manera continua.
- Tomar alimentos ricos en agua como frutas, verduras u hortalizas y purés en el caso de los niños pequeños.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas puesto que favorecen la deshidratación, por su efecto diurético.
- Importante también mantenerse en lugares frescos y ventilados y evitar la exposición al sol o la realización de ejercicio físico en horarios de mayor temperatura, que son de 12 a 18h.
EXCESIVA EXPOSICIÓN SOLAR
Asimismo, se debe llevar cuidado con la exposición al sol. Esta puede conllevar ciertas lesiones cuando se toma en exceso, las más frecuentes son: eritemas, quemaduras y urticarias.
Sobre ello, Ana Ávarez-Vieitez, dermatóloga del centro hospitalario, advierte que la piel recuerda «siempre las quemaduras que tiene». Por ello, señala que «durante la infancia y la adolescencia hay que tener mucho cuidado con el exceso de radiación a la que está expuesta la piel, puesto que se va acumulando a lo largo de los años».
No solo hay que protegerse cuando estemos en la playa o la piscina, sino por la calle, el campo o cualquier otra parte, ya que el sol siempre está. Así pues, hay que protegerse de manera adecuada con cremas solares. Y es que, según recuerda la especialista, el exceso de radiación puede provocar que las células se conviertan en cancerígenas.