Tras muchos años en los que no era más que un mero esqueleto de hormigón en el centro de Madrid. Después de compras, recompras y polémicas con su remodelación, el Edificio España, uno de los símbolos del siglo XX en nuestra ciudad, encara la recta final para su reapertura, que será, según ha comunicado la cadena hotelera Riu, a mediados de julio de este mismo año.

En realidad sólo lo hará la parte del hotel, ya que la zona comercial que ocupa la zona baja del edificio fue traspasada por Riu a la gestora Corpfin Capital Real Estate y serán ellos quienes se ocupen de la rehabilitación, no habiendo anunciado todavía una fecha para su conclusión. Por tanto, el acondicionamiento de esta nueva zona de negocios continuará con el hotel ya en activo.

En cualquier caso, teniendo en cuenta lo mal que pintaba la situación sólo hace un año, en agosto de 2018, cuando Baraka, la anterior sociedad propietaria del Edificio España, presentaba una demanda ante los juzgados de Primera Instancia de Madrid contra Riu solicitando la paralización de las obras, este primer paso para devolver la vida a este inmueble es mucho más que de gigante.

Turnos día y noche y más de mil personas trabajando en las obras actualmente, con el objetivo de que ya este mismo verano todos los clientes que han reservado habitaciones en el nuevo y flamante hotel puedan disponer de ellas sin retrasos ni problemas. Para ese momento, desde la organización esperan para su apertura una ocupación del 65% en un establecimiento de 4 estrellas que contará con 585 habitaciones, 26 plantas y 17 salas de eventos. El precio del alojamiento oscilará desde los 135 euros de las habitaciones estándar, hasta los 1.500 que se puede llegar a pagar en la suite presidencial.

El nuevo Edificio España también contará en su última planta (en la que finalmente no irá ubicada la piscina) el Skybar y el Rooftop, una terraza con una espectacular panorámica en 360 grados de la ciudad que estará abierto a todo el público y tendrá una entrada independiente del hotel. 

También se mantendrá la fachada, el motivo por el cual se fueron al traste los planes de Delian Wanda tras la negativa del Ayuntamiento de Madrid al derribo que proponía la sociedad china. De este modo, a nuestros ojos parecerá que sólo ha habido un lavado de cara por fuera. Pero en realidad, los madrileños podremos volver a disfrutar de una construcción que fue, en su día, el edificio más alto de Madrid. Y aunque ya no lo sea, sí que podremos volver a sentirnos orgullosos de él.