La izquierda radical se equivocó. Los madrileños le dieron la oportunidad de gobernar pero pusieron a hacerlo a Manuela Carmena, una jubilada de pensamiento jubilado. Tanto, tan jubilado pensamiento político que empezó tocando los pilares de la sociedad en el más extenso sentido de la palabra.
Se atrevió, incluso, con los Reyes Magos. Había que cambiar la arquitectura de la sociedad madrileña deprisa-deprisa y había que atacarla desde lo más intimo… Se equivocó. Se equivocó como la paloma de Alberti.
Por ir al Norte, fue al Sur. Creyó que el trigo era agua. Que el mar era el cielo y Que la noche la mañana. Y aquella gestión leninista que iba a mejorar nuestras vidas con el protocolo anti contaminación se le fue volviendo en contra. Los españoles son rebeldes a la obediencia y no les gusta que le digan cada mañana qué deben hacer…
Y día a día, se fue topando con la realidad…
Después, ya sin ideas o con todas las ideas fracasadas, quiso imponernos Madrid Central, esa locura colectiva de unos comunistas reunidos en asamblea en un local okupado y jugando a arreglar el mundo…
Ahora se extrañan por haber perdido la posibilidad de rectificar tanta locura. Se dieron cuenta tarde. Pero ya no había tiempo…
¿Y qué nos ha dejado la señora Carmena, aparte del relanzamiento publicitario de las magdalenas, después de cuatro años de bandazos y rectificaciones?
Pues nos ha dejado…
- 520 funcionarios promocionados a dedo.
- 180 funcionarios contratados a dedo.
- 5 ediles imputados (Maestre, Zapata, Mato, Mayer y Arce).
- Un 1.166% más de contratos a dedo (60M€).
- Y el 60% presupuesto sin ejecutar.
Eso sí un futuro incierto…
Hemos estado 4 años sin manifestaciones. Gobernaba la izquierda. Ahora ya veremos…
Las Pensiones seguirán igual pero ahora habrá pensionistas manifestándose.
La Precariedad laboral será la misma, pero sí habrá jóvenes manifestándose.
El desempleo será igual o peor pero sí habrá sindicatos manifestándose.
Es lo que toca. Va a gobernar la derecha.
Ah, y cientos de miles de niños hambrientos.
Pero da igual. Adiós, Manuela, adiós…
Los experimentos deben hacerse con gaseosa y tú los quisiste hacer con champán.