Los nombres de calles son a veces temas de discusión. Ya sean por curiosidad, debate o diversión. Y es que las vías son denominadas en un determinado momento del pasado, por lo que sus nombres están cargados de historia.
A veces ciertos eventos marcan el nombre que se le pondrá a la calle, aunque sean muy cotidianos como Calle de la Lechuga. En esta ocasión recogemos tres calles con una similitud en sus nombres: mira.
MIRA EL RÍO ALTO Y MIRA EL RÍO BAJO
Dos calles perpendiculares parecidas a Cava Baja y Cava Alta son: Mira el Río Alta y Mira el Río Baja. Se encuentran en pleno Madrid de los Austrias, en el distrito Centro de Madrid.
La Alta va desde la calle Carlos Arniches hasta Arganzuela. Mientras, la Baja sala de la Alta hasta la castiza plaza del Campillo del Mundo Nueva, en la Ronda de Toledo. En la actualidad la zona de actividad el famoso Rastro de Madrid llega hasta sus calles con viejas almonedas y tiendas de anticuarios.
Por otra parte, ambas calles fueron utilizadas por el escritor Benito Pérez Galdós para describir acciones y personajes en sus novelas madrileñas. En el primer libro de ‘Fortunata y Jacinta’ describe la calle Mira el Río Baja y su zona: “[…], y tiró por la Mira el Río Baja, cuya cuesta es tan empinada que se necesita hacer algo de volatines para no ir rodando de cabeza por aquellos pedernales. […]”
¿POR QUÉ MIRA EL RÍO?
Pero ¿por qué estos nombres cotidianos en sus palabras, pero peculiares a la misma vez? Pues, según la leyenda, el origen de ambas calles hermanas se debe a la crecida del río Manzanares. Y es que llovió de manera torrencial y constante desde el 29 de octubre de 1439 hasta el 20 de enero de 1440. Varios meses de lluvia que dieron estos nombres.
Ante esto se ofrecen varias posibilidades. El Peñón coronaba dicha parte de los extramuros de la ciudad medieval y detrás de ella se situaba el río. Así, puede ser que los vecinos asomados al Peñón gritaran ‘¡Mira el río, mira el río!’.
Otra posibilidad factible es que la denominación proceda con la urbanización de estos parajes que daría la situación de ‘mirando hacia el río’, ya que se vería desde esas calles. Asimismo, los historiadores Hilario Peñasco y Carlos Cambronero han especulado que dichas denominaciones se deban a un corrimiento de tierras producidos por las lluvias que desplazaran el Peñón y dejaran una vista panorámica del río Manzanares.
Estas calles fueron conocidas antiguamente de otras maneras. A la calle Mira el Río Baja se le llamaba la calle de las Pulgas. Y a la Alta se la conoció como calle de Juan García Pasarón, por el sacristán de la Parroquia de San Justo. Lo cierto es que el cambio de los nombres de las calles a los actuales no se sabe con certeza y son solo leyendas y especulaciones.
MIRA EL SOL
La otra calle que forma un grupo temático con las anteriores es calle Mira el Sol. Esta vía está situada en el barrio de Embajadores. Discurre desde la calle de Embajadores hasta la plazuela del Campillo del Mundo Nuevo.
Este paraje ya aparecía rotulado con el nombre de ‘Mira el Sol’ en los históricos planos de Texeira de 1656 y el de Espinosa de 1769. De este modo, al contrario que las anteriores que en el plano de Espinosa aparecían con otros nombres, la calle Mira al Sol tiene más tiempo.
Los cronistas explican que su legendario nombre se creó a partir del supuesto hecho ocurrido el 2 de febrero. Los posibles años para este hecho son dos: 1935 y 1940, según versiones. Ese día los madrileños de la zona se concentraron en los miradores para contemplar el primer día de sol claro tras tres meses de lluvias y nieves. Estos miradores formarían más adelante la calle.