Conocer Madrid no es sólo haberse recorrido Malasaña y la Puerta del Sol en busca de un restaurante o un bar de copas. Quien quiera poder afirmarlo con pleno derecho debe haberse pateado, unas cuantas veces, cada palmo de los barrios que conforman la Villa. No voy a ser yo quien presuma de ello, pues pese a llevar más de treinta años en la ciudad soy consciente de la gran cantidad de calles que aún no he pisado y, probablemente, no pisaré.
Pero sí que he recorrido, en infinidad de ocasiones, los terrenos de lo que dentro de muy poco será un nuevo punto de referencia de la urbe, Madrid Nuevo Norte. Y por eso, porque sé muy bien lo que hay (o, mejor dicho, lo que no hay) en esa zona, aún no logro entender a aquellos que se oponen a su construcción.
La operación, que llevaba 25 años paralizada, se desbloqueó en abril de 2018 cuando el Ayuntamiento de Madrid, el Gobierno de la Comunidad, el Ministerio de Fomento y la promotora lograron un acuerdo histórico que redibujará, por fin, el norte madrileño. Un centro de negocios, dos barrios residenciales y dotar de una nueva vida a la estación de Chamartín son las cuatro áreas de ejecución de Madrid Nuevo Norte.
Pues bien, ahora que hay elecciones en el horizonte y se empiezan a perfilar las candidaturas, surgen voces que exigen la paralización inmediata de la operación. Concretamente desde IU, formación que ha puesto como condición indispensable para confluir en una gran coalición de izquierdas a las municipales que Manuela Carmena (quien ya se ha negado en rotundo) dé marcha atrás y vuelva a suspender el desarrollo del proyecto.
Tampoco Pablo Iglesias parece demasiado entusiasmado por el plan urbanístico, cuestionándolo recientemente afirmando que “nunca entendí el papel que jugó el equipo de gobierno de Carmena en la Operación Chamartín”.
LOS VECINOS, A FAVOR DE LA OPERACIÓN
El 19 de diciembre se inauguró una exposición cuyo fin era mostrar a los madrileños lo que ganarán con Madrid Nuevo Norte. Una muestra que ya ha superado ampliamente los 20.000 visitantes, con una media de 465 personas al día. La percepción general ha sido más que positiva, y en muchos casos aquellos que se han pasado han dejado sus datos de contacto para obtener más información, interesándose por plazos, forma de acceso a las viviendas etc.
En lugares como Fuencarral, donde los vecinos denuncian “décadas de abandono y degradación”, ven en este plan un rayo de luz para que el descampado que hoy les separa del resto de la ciudad se convierta en una zona urbanizada y llena de vida. Tanto, que recientemente salieron a ese solar para llenar el cielo de cometas y dar la bienvenida a Madrid Nuevo Norte.
Tampoco quisieron dejar de dar las gracias al nuevo proyecto los integrantes del Coro Valdeluz, quienes delante de Cibeles, y acompañados por una representación de vecinos y comerciantes de Fuencarral, Las Tablas y Chamartín, interpretaron el Himno de la Alegría, de Beethoven, y el coloquialmente conocido como ‘Viva Madrid’ de la zarzuela Don Manolito de Pablo Sorozábal, para simbolizar su (nunca mejor dicho) alegría por la llegada de las nuevas edificaciones.
Suficientes motivos, además de la “insignificante” (modo ironía on) unanimidad con la que se aprobará Madrid Nuevo Norte, como para considerar casi una irresponsabilidad oponerse a un sueño a punto de cumplirse, que se estima generará más de 120.000 empleos y dejará un centro de negocios a la cabeza de la vanguardia europea y mundial. No necesitamos a políticos que digan que no por principio. No necesitamos partidos que dicen defender al pueblo y luego van en contra de él. No necesitamos lecciones de moral. Necesitamos Madrid Nuevo Norte.