La calle del Arenal es una popular vía que discurre entre la Puerta del Sol y la Plaza de Isabel II, en pleno distrito Centro. Es una calle concurrida y que es completamente peatonal desde 2007. Hablar de la calle del Arenal es hablar de un camino que reúne una gran cantidad de historia madrileña.
Hay calles cuya importancia de afluencia actual y su relevancia histórica van a la par. Esta vía comenzó su andadura como una de las más transitadas de la capital con la llegada de los Borbones. Se estableció como camino de enlace entre la Puerta del Sol y el viejo Alcázar. A partir de ese momento, la calle del Arenal se convirtió en una de las arterias principales de Madrid alrededor de la que se agolparon comercios, edificios y personajes populares hasta nuestros días.
‘EL ARENAL’
Antes de que hubiera una calle en esa zona, discurría un antiguo arenal, que se había formado por las escorrentías que afluían en él. Los lados de la actual calle del Arenal eran barrancos cuya agua llegaba al arroyo principal que nacía en el barranco de la Zarca.
Este arenal separaba dos de las más antiguas zonas de la villa madrileña medieval: el arrabal de san Ginés -sur- y el de San Martín -norte-. Fue a partir de la construcción de las calles de Jacometrezo y Desengaño que se comenzó la urbanización de la vía y se determinó su alcantarillado.
IGLESIA DE SAN GINÉS
La calle del Arenal es la “más bonita, más elegante, más ciudadana, de Madrid”, según el escritor catalán José Plá. Contiene mucha historia agolpada en sus adoquines, pero el edificio que sobresale en esta vía es la Iglesia de San Ginés. Esta construcción ostenta el título de una de las iglesias más antiguas de Madrid. Según los historiadores, la parroquia existió desde el siglo Xi, cuando aún se situaba fuera de los muros de la ciudad.
Fue construida en 1645 y se cree que sobre los restos de una ermita mozárabe. Ha sufrido numerosas remodelaciones a lo largo de los años. La fachada actual de piedra y ladrillo data de 1870.
La calle también tuvo animados cafés de tertulia entre el siglo XIX y el XX. Su precedente fue la botillería Angulo del siglo XVIII. En cafés como el de Europa el Nuevo café de Levante, pasaron tertulianos de gran relevencia como Valle-Inclán, Azorín, los hermanos Pío y Ricardo Baroja, entre otros.
Asimismo, destaca entre sus edificaciones el Teatro Eslava, que estaba en el número 11 de la calle del Arenal. Desde la década de 1870, este edificio aglutinó variopintos episodios de la historia nocturna madrileña con una capacidad de 1.200 espectadores. La popularidad del teatro llevó zarzuelas y diversas obras teatrales hasta allí. Sus puertas se cerraron en 1981 y hoy en día el edificio está ocupado por la discoteca Joy Eslava.
RATONCITO PÉREZ EN EL NÚMERO 8
Por otro lado, la envergadura de la calle del Arenal está respaldada por uno de sus más famosos vecinos: el Ratoncito Pérez. Y es que este personaje infantil tiene residencia en el número 8 de esta vía.
El mágico ratón nació en el Palacio Real a finales del siglo XIX por la pluma de Luis Coloma, quien era miembro de la Real Academia de la Lengua Española. El origen del Hada de los Dientes español se debe a una petición de la entonces reina María Cristina de Habsburgo-Lorena en el año 1894. La monarca, madre de Alfonso XIII, pidió al padre Coloma que escribiera una historia para su hijo de ocho años.
Coloma cumplió con la petición de la reina y escribió una historia sobre un especial ratón que vivía en el número 8 de la calle del Arenal. El ratoncito vivía con su familia dentro de una caja de galletas que estaba en el almacén de la confitería Prast.
Así pues, Madrid puede alardear de ser la residencia del Ratoncito Pérez. Las huellas del famoso roedor pueden ser encontradas por la calle del Arenal por una pequeña estatua metálica, una placa conmemorativa y la Casa Museo del ratón. El cartel es un homenaje al Coloma que reza: “Aquí vivía dentro de una caja de galletas en la confitería Prast, el Ratoncito Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el Rey niño Alfonso XII”.