En dos tiendas de campaña de gran tamaño, sentados en sillas plegables con abrigo, gorro y guantes cuidando el ‘bastión’ que comparten con otros cinco compañeros. Así se encuentran Eustaquio Calle, de 56 años, y José Manuel Plaza, de 40, dos de los siete taxistas que desde el pasado viernes 25 de enero hacen huelga de hambre en la acera que se ubica entre los carriles principales del Paseo de la Castellana y las vías laterales junto a la Plaza de Colón.
Eustaquio es taxista desde hace 29 años y José Manuel desde hace 22. Permanecen en una de las dos tiendas de campaña mientras que el resto de taxistas, incluidos cinco que también están en huelga de hambre, se concentran en la Puerta del Sol. «Desde el viernes a las diez de la mañana estamos aquí» afirma José Manuel Plaza. «Después de una semana reivindicando nuestros derechos y sin que nadie nos haga caso, hay que tomar medidas más extremas», sentencia.
Pero más allá de mostrar ningún signo de debilidad, se mantienen firmes en sus convicciones y se muestran dispuestos a mantener la huelga de hambre los días que sea necesario. «Nos sentimos fuertes, con la moral por las nubes… Luego la profesión va por dentro» añade Eustaquio Calle. Están convencidos de que van a lograr sus propósitos y no piensan desistir en su huelga de hambre «nosotros somos los últimos en marcharnos de aquí» afirma rotundo Eustaquio.
«Después de una semana reivindicando nuestros derechos y sin que nadie nos haga caso, hay que tomar medidas más extremas»
José Manuel Plaza
Ante la pregunta clave: «¿Qué tiene que pasar para que terminen con la huelga?», la respuesta más rotunda: «que lo solucionen», afirman ambos. Pero no entran a valorar las posibles respuestas «las soluciones tienen que valorarlas los compañeros» indica José Manuel. Esta mañana Pablo Casado proponía una posible solución al conflicto, sin embargo los taxistas en huelga de hambre se desmarcan de cualquier decisión u opinión al respecto, «quién lo tiene que aceptar [el acuerdo] son nuestros representantes, nosotros haremos lo que digan ellos», afirma Eustaquio.
Acusan al Presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, de ser el culpable del problema y de poner dificultades para su solución. «Está claro que ellos son muy tozudos, sobre todo el señor Garrido, yo creo que ya se le va la cabeza con las declaraciones que está haciendo. Como sabe que le queda muy poco dónde está ya le da igual, no sabemos hasta qué punto le llega la corrupción, porque es evidente que algo hay» sentencia Eustaquio Calle.
«¿Qué hay que hacer con esta gente que no cumple la ley? Que se vayan, simplemente»
Eustaquio Calle
Afirman en repetidas ocasiones que serán los últimos en marcharse y se mantienen firmes en sus peticiones. «Si os habéis documentado, que espero que sí, a mi que me digan en qué no tenemos razón, porque las leyes están ahí. Nosotros no nos vamos a mover de aquí hasta que nos den algo» afirma Eustaquio, «aunque sabemos que no nos van a dar todo lo que pone la ley». Sin embargo, aunque no entran a valorar las propuestas, sí que tienen claro lo que quieren: «¿Qué hay que hacer con esta gente que no cumple la ley? Que se vayan, simplemente».
Muestran fortaleza, pero están poniendo su salud en juego y critican que no reciben ningún tipo de atención, «el SAMUR debería venir, pero la realidad es que no ha venido ningún día» explica José Manuel. «No sabemos si es dejadez del SAMUR o que el procedimiento es así» critica Eustaquio, «nos hicieron firmar un documento solicitando apoyo al SAMUR y que abre un protocolo, nosotros firmamos las condiciones y nos dijeron que nos harían un reconocimiento diario», añade. Sin embargo, afirman que desde el viernes a media mañana no han recibido atención sanitaria de ningún tipo. «Creemos que estamos bien porque nos sentimos bien» critica Eustaquio y afirma que solo la prensa y los compañeros taxistas pasan por sus tiendas de campaña.
«Han venido muchos compañeros de otras Comunidades y nos sentimos muy arropados por el taxi de Madrid, es un orgullo» afirma Eustaquio. Por el momento y, según ellos, hasta que se ponga punto y final a la guerra del taxi ya sea por acuerdo, hambre o agotamiento, Eustaquio, José Manuel y sus compañeros no piensan dar un paso atrás en sus protestas.