Bird ha iniciado su actividad en Madrid con una prueba piloto de 20 patinetes que permitirá a los madrileños utilizar este modo de transporte «en lugar de hacer viajes cortos en coche que provocan atascos y generan emisiones contaminantes».
Clara Vallvé y Yenia Zaba, responsables de la lanzadera de Bird en España, han explicado que se trata de un sistema de movilidad urbana «sencillo, práctico y sobre todo muy intuitivo». Para utilizarlo, es necesario descargar su aplicación gratuita desde Apple Store o Google Play para localizar el patinete eléctrico más cercano, escanear su código en el manillar para desbloquearlo y conducirlo hacia el destino deseado.
Una vez se termina el trayecto, que cuesta 1 euro por desbloqueo y 15 céntimos por minuto, el vehículo debe aparcarse en un lugar «seguro» que no obstaculice el tráfico rodado o peatonal, como por ejemplo en un punto de aparcamiento para bicicletas.
El proyecto piloto dispone de 20 patinetes de prueba situados en «nidos» en los barrios de Ciudad Universitaria y Argüelles, y con esta prueba piloto, tratan de descubrir cómo se mueven los madrileños y qué es lo que necesitan para dar «un mejor servicio».
Los patinetes se colocan en los nidos a las 7 horas y a partir de las 21 horas, la subcontrata que tienen en la empresa, comienza a recoger los patinetes para poderlos recargar o corregir alguna incidencia que tenga el vehículo y ayudar a mantener «limpias y seguras las aceras de Madrid».