Durante los próximos días, las casi 600 pastelerías que hay en Madrid venderán cerca de 6 millones de Rosquillas de San Isidro. Este dulce artesano tiene cuatro variedades: las Tontas, las Listas, las de Santa Clara y las Francesas. Según Juan Antonio Martin Molero, presidente de la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería de Madrid las favoritas de los madrileños son las listas (50%). Le siguen las Tontas y las de Santa Clara (20%) y, por último, las Francesas (10%).
La historia cuenta que estas rosquillas comenzó a elaborarlas y comercializarlas la mítica vendedora “Tía Javiera”. Su fama se fue haciendo más grande y muchos vendedores quisieron aprovecharse asegurando que eran familiares de la Tía Javiera para vender las rosquillas durante la fiesta de San Isidro. Y parece ser que tenía muchos parientes, tantos que hicieron que la venta de sus rosquillas se hiciera tradición durante la festividad. Se solían tomar con vino de Arganda, pero también es común acompañarlas con limonada.
En Madrid están presentes en todas las pastelerías y seguramente las de cada barrio estarán deliciosas. Sin embargo, hay algunas pastelerías tradicionales donde encontrar las clásicas Rosquillas Artesanas del Santo:
La Mallorquina, una de las más típicas de Madrid. Situada en plena Puerta del Sol y fundada en 1894. Vende Rosquillas de San Isidro a precio asequible y son un poco más grandes de lo normal.
El Horno de San Onofre. Otro clásico de la capital, sobre todo por el Roscón de Reyes. Las rosquillas son otra de sus especialidades (en San Onofre, 3).
La antigua pastelería del Pozo, muy cerca de la puerta del Sol en la calle de su mismo nombre. Elabora desde 1830 los que son para muchos los mejores dulces de Madrid.
Confitería El Riojano (Calle Mayor) fue fundada por el pastelero de la Reina María Cristina Habsburgo. Una de las pastelerías más castizas en la que se pueden degustar las Rosquillas del Santo en su salón de té.
Por Lardhy dicen que es tradición pasar a por rosquillas antes de ir a la Plaza de Toros de las Ventas a las corridas de la Feria. En la Carrera de San Jerónimo, 8.
Los que buscan algo diferente no pueden dejar de pasar por Nunos (Narváez, 63). Si algo define a esta pastelería es la innovación, siempre dándole una vuelta a la tradición. Si quieres sorprender con las Rosquillas del Santo con rellenos y coberturas diferentes, esta es tu pastelería.