En un territorio situado en el Noreste de la Comunidad de Madrid, limitando al este con la provincia de Guadalajara, se encuentra el Atazar. Con solo 97 habitantes, a 65 kilómetros de Madrid y a una altitud de 995 metros. Este municipio ubicado en el valle bajo del Lozoya cuenta con una situación inigualable. Situado a media ladera, es una ventana al embalse de El Atazar y está completamente integrado en la naturaleza.
En 1490, el Marqués de Santillana Íñigo de Mendoza concedió el título de villa a El Atazar. Durante su historia, sus vecinos se han dedicado a la agricultura y la ganadería, además, durante siglos ha habido colmenas de abejas para la producción de miel y viñedos. Pese a que desde la segunda mitad del siglo XX se ha producido un éxodo hacia las ciudades, el valor etnográfico del municipio es uno de sus mayores atractivos.
El pueblo conserva multitud de construcciones tradicionales, aunque muchas están en ruinas por el abandono de su uso. La construcción irregular de las manzanas, las cuadras y los corrales de piedra abundan en las calles. Hacia las afueras hay corrales y tinados (construcciones de teja y pizarra) servían para guardar los rebaños durante la noche en los meses de verano cuando pastaban más lejos de las casas. El paisaje conserva los aterrazamientos en los que se cultivaba el cereal.
Su otro gran atractivo son los deportes náuticos y el senderismo. El Atazar da nombre al embalse junto al que se ubica. El Área Náutica se encuentra a apenas dos kilómetros del municipio en las orillas del embalse de El Atazar. Se trata del principal centro de turismo activo de la zona norte de la Comunidad de Madrid, cuenta con alojamientos, piscina, amarres para embarcadores de vela y actividades de multiaventura y deportes náuticos.
Las aguas tranquilas del embalse son perfectas para los amantes de deportes como vela, piragüismo, windsurf, paddle surf y pesca. Hay otras actividades relacionadas con el entorno enfocadas para los aventureros que quieran disfrutar en tierra. Escalada, espeleo-turismo, parapente o paseos a caballo, son algunas de ellas.
El senderismo es la actividad que ha devuelto la vitalidad al pueblo. La mayor parte de los turistas que llegan a la zona lo hacen buscando las rutas que nacen en el municipio. Hay multitud de opciones de todos los niveles de dificultad, todas rodeadas de naturaleza en un paisaje idílico.
Una de las rutas más realizadas es la que va desde el municipio hasta el río Riato. Un recorrido de 10 kilómetros que rodea parte del embalse y parte del curso del río Lozoya. La Senda del Genaro es otra de las más destacadas, también rodea el embalse, pero se recomienda realizar en varias etapas por su longitud. Va más allá recorriendo los municipios de Patones, El Berrueco, Mangirón, Robledillo de la Jara, Cervera de Buitrago y El Atazar.
Los mejores meses para disfrutar de la zona, las rutas y las actividades deportivas son los de primavera y verano. Durante esta temporada, la temperatura en la sierra es más fresca y permite disfrutar de la naturaleza.