El escándalo del falso máster de Cristina Cifuentes ha estado a punto de empañar la conmemoración del mayor acontecimiento de la historia de la Comunidad de Madrid: el levantamiento del 2 de mayo contra el ejército de ocupación francés.
En su empeño por aferrarse al despacho presidencial de la Puerta del Sol, tanto a la ya expresidenta como a su partido les traía sin cuidado arruinar la celebración, acaparar los focos y dejar en segundo plano a los madrileños ilustres que homenajeamos este año. En definitiva, no les importaba lo más mínimo convertir un día de fiesta en una jornada de vergüenza nacional, donde se hablaría más de la posible trama político-universitaria para regalar títulos oficiales que de las personas que contribuyen con su trabajo diario a impulsar la imagen de nuestra Comunidad.
Finalmente, el protagonismo de este 2 de mayo lo tendrán el escritor Alfonso Ussía; el 12+1 veces campeón del mundo de motociclismo Ángel Nieto, reconocido a título póstumo; la actriz Gemma Cuervo; los profesionales de la unidad de transplante cardiaco infantil del Hospital Gregorio Marañon; el cuerpo de la Policía Municipal de Madrid y la ONCE.
Y lo serán a pesar de la dimisión de la expresidenta, a pesar de las oscuras maniobras de ‘fuego amigo’ que han terminado por derribarla, a pesar de las encuestas de intención de voto que suelen publicarse estos días -y que auguran un descalabro del bipartidismo- y de lo que los representantes políticos hagamos o digamos durante la recepción oficial que se celebra en la Real Casa de Correos.
Porque la Comunidad de Madrid va a disfrutar de un 2 de mayo limpio.
Desde este momento damos portazo a una de las etapas más oscuras de nuestra región para centrarnos en lo que importa: los madrileños. Desde este momento comenzamos a construir una Comunidad sin espionajes políticos ni corrupción, donde los medios de comunicación se fijen en nosotros por nuestra capacidad de innovación y creación de oportunidades, por la generación de empleo de alto valor añadido y por unos servicios públicos a la altura de lo que necesitan las personas en dificultades, con discapacidad o con algún grado de dependencia.
Es el momento de abrir las ventanas y de dejar entrar aire fresco, de aplicar en toda su extensión una forma de hacer política diferente, basada en los intereses comunes en lugar de en las aspiraciones partidistas. Es la hora, en definitiva, de resolver los problemas de quienes nos han elegido.
Esta es la máxima que Ciudadanos ha seguido desde el inicio de la legislatura y que ha permitido, por ejemplo, pactar tres presupuestos consecutivos, congelar el precio del transporte público, bajar los impuestos y volver a invertir en la construcción de colegios e institutos o en mejorar la sanidad pública y las listas de espera.
Tenemos un año más, hasta las elecciones autonómicas de 2019, para hacernos acreedores de la confianza de los votantes. Pero antes de volver a las urnas celebraremos otro 2 de mayo, otra fiesta limpia en la que los madrileños, y no los políticos, serán los únicos protagonistas.
César Zafra, portavoz adjunto de Cs Madrid y de la Comisión Anticorrupción