El buen descanso es esencial para tu organismo, mientras duermes el cuerpo activa procesos tan necesarios e importantes como la regeneración de tejidos o la consolidación del aprendizaje. Y es que una noche en vela, puede ser horrible al día siguiente y la repetición de ello puede tener consecuencias negativas para la salud.
La luz solar, es el principal compañero. Ella regula los ritmos circadianos para marcarnos los tiempo de sueño pero además, también contribuye a regular la vitamina D, como una de las vitaminas más importantes de nuestro organismo implicada en funciones tan importantes como el buen funcionamiento de la musculatura o reforzar la inmunidad. Así que lo primero que debes hacer al despertarte es buscar los rayos de sol para aumentar la vitalidad de tu cuerpo.
Uno de los hábitos que cada vez más recomiendan los especialistas es ir a dormir cada día a la misma hora. Y es que el descaso es buen amigo de las costumbres y realizar ciertos rituales antes de irte a dormir, proporcionará la sensación de calma necesaria para conciliar mejor el sueño. Tomarte un vaso de leche caliente, una sesión de cuidados o dejar la ropa preparada puede ser algunos rituales.
Si tu nivel de agotamiento es máximo, debes planificarte el día. Las tareas más complicadas o que requieran mayor esfuerzo físico son recomendables realizarlas a primera hora, ya que es cuando nuestro organismo está más despierto y activado. Conforme va pasando el día, tu nivel de agotamiento aumento y puedes dejar las tareas más sencillas o mecánicas para la tarde-noche
.
Aprovechar el fin de semana y realizar escapadas al aire libre durante los días de descanso, ajusta el reloj interno y equilibra niveles de melatonina, la hormona que aumenta cuando el sueño se apodera del cuerpo y disminuye a la hora de despertarse.