En Madrid, aunque dirigiéndonos algo más a las afueras, encontramos el barrio de Alameda de Osuna, uno de los cinco que componen el distrito de Barajas. Gracias a su cercanía del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas y a que contiene uno de los parques más bonitos de la capital, El Capricho, este barrio se ha convertido en uno de los más singulares.
Alameda de Osuna limita por el oeste con la vía ferroviaria y M-40, por el noroeste con la Avenida de Logroño, con la Calle San Severo al nordeste, por el sudeste con la Avenida de la Hispanidad (Autopista M-14) y finalmente al sur por la Avenida de América. Por esta peculiar ubicación entre carreteras y autopistas, se considera al barrio una ‘isla urbana’. Además, en los últimos años las redes de transporte urbano han llegado hasta la zona de manera que, actualmente, está muy bien comunicado con el centro de Madrid.
El origen de La Alameda está unido a la existencia del Castillo de los Zapata elevado sobre un pequeño promontorio que daba visibilidad sobre una amplia zona hasta el río Jarama. Esta zona siempre, o casi siempre, ha estado caracterizada por la poca población y el tránsito peatonal. No obstante, la inauguración del Aeropuerto Madrid-Barajas el 22 de abril de 1931 condicionó de manera notoria y fuerte el desarrollo urbanístico del barrio.
Y nos preguntamos, ¿qué tiene este barrio si parece tan ‘inhóspito’? Pues bien, el punto de interés de la zona es el famoso Parque del Capricho. Se trata de uno de los espacios verdes que conforman el patrimonio artístico-natural de Madrid. Este parque, creado en 1784 por los Duques de Osuna, se diseñó con el fin de ser auténtico paraíso natural que frecuentaron las personalidades más ilustres de la época y en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenográfos con más prestigio.
Sin embargo, tras la muerte de la Condesa éste fue en declive y no fue hasta 1974 que comenzó su recuperación gracias a que la Comunidad de Madrid compró el terreno e invirtió en su cuidado y reforma. En él podemos encontrar muchos estilos diferentes a lo largo de 14 hectáreas, ríos, estanques, vegetación, el Palacio, la plaza de los Emperadores, la fuente de los Delfines o el laberinto de arbustos. Todo en su conjunto es una mezcla de Romanticismo e influencias italianas, francesas e inglesas.
Además de este parque, lo característico de la zona, Alameda de Osuna tiene multitud de instalaciones deportivas en las que desconectar soltando adrenalina (Club Deportivo Brezo Osuna, Club Alameda de Osuna o Spacio Deportivo El Capricho) y otras zonas verdes en las que respirar aire puro como Parque Juan Carlos I, colindante con Alameda, o Parque Mari Luz Nájera Julián. También cuenta con centros culturales con infinidad de actividades y complejos históricos como el Palacio de los Duques de Osuna o Castillo de los Zapata.
Alameda de Osuna es un barrio verde y tranquilo, rodeado de naturaleza (y carreteras) en el que dejarnos caer si necesitamos desconectar entre arbustos, fuentes y animales.