15 de mayo, Carabanchel, Pradera, verbenas, conciertos, rosquillas tontas o listas, las de Santa Clara, las francesas, cuál es cuál todos los años la misma duda. Barquillos, agua del santo, el chotis, el mantón, claveles, chulapos, lo viejo y lo nuevo. La fiesta castiza por excelencia: San Isidro Labrador.
En un momento en el que se quiere modernizar a golpe de instrucciones gubernamentales las tradiciones recibe Madrid la fiesta de su Santo Patrón. Pero no se engañen, las tradiciones no son de un partido político ni responden a una teoría o ideología política concreta. Las tradiciones pertenecen a cada uno de los ciudadanos que las vive, las celebra y las conmemora. Son tradiciones porque agrupan, unen y reúnen a una ciudad, a cada uno de sus ciudadanos en torno al pasado, presente y futuro.
Despreciar ciertas tradiciones por su arraigo histórico, cultural o religioso, no responde más que a ciertos complejos culturales e ideológicos propios de otras épocas que buscan dividir en vez de aunar.
Madrid es una ciudad viva, diversa, donde convive lo viejo, lo nuevo, donde ambas se entremezclan, se entrelazan y hacen de nuestra ciudad una capital sin complejos.
Una capital que recibe un año más la fiesta de su Patrón en la que jóvenes y no tan jóvenes; puristas y modernistas; religiosos, agnósticos o ateos, se cruzarán en la Pradera, sin preguntarse de a qué clase, tipo o ideología pertenece su vecino. Y es que al final, lo importante de las tradiciones es que nos pone a todos al mismo nivel y nos hace sentir parte de una sociedad viva.
Una sociedad viva que defiendo unida y libre para decidir su propio devenir, y el de sus tradiciones.
¿Bailamos un chotis?
Sofía Miranda es concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Madrid.