Este lunes el diario digital de Pedro J. Ramírez, El Español, publicaba una polémica entrevista a Rita Maestre, la actual portavoz del Ayuntamiento de Madrid. En ella, entre otras muchas cosas, decía que la principal función de Cristina Cifuentes como Delegada del Gobierno era “pegar a gente” y también que “la jefa de los que apaleaban a quienes se manifestaban en Sol”. La Presidenta de la Comunidad le envió un burofax a Rita Maestre exigiéndole una rectificación pública para evitar “acciones legales”.
A pesar de que la siempre pacífica y benevolente Manuela Carmena haya pedido disculpas, Rita Maestre no quiere rectificar. Este jueves la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Ahora Madrid, ha aclarado sus palabras. «Lógicamente su función no era pegar ni dije que fuera físicamente la que llevara una porra en la mano, yo creo que es de sentido común, pero si hace falta matizarlo lo hago» ha dicho en un tono vacilón. ¿No queríais rectificación? Pues tomadla.
«Es irrectificable que Cristina Cifuentes era delegada del Gobierno» y que hacerlo «sería faltar a la verdad». Con estas palabras Maestre ha conseguido dejarnos a todos boquiabiertos. Cifuentes, en su burofax, acusaba que se estaba faltando a su honor y también al de las Fuerzas Armadas del Estado. ¿Es cuestionable la actuación en la disuasión de las manifestaciones por parte de los antidisturbios? Sí. Pero, ¿Por qué nunca hablan de aquellos que empezaron a lanzar piedras, botellas, que insultaron y que crearon el pánico en lo que era “una manifestación pacífica?
Pablo Iglesias tampoco se arrepintió de decir que “Felipe González tiene el pasado manchado de cal viva”. Este jueves tampoco se mordió la lengua al hablar de la relación de los medios de comunicación con Podemos “están profesionalmente obligados a hablar mal de nosotros”. Tampoco dudó en ofender a la informadora Ana Romero.
Todo indica que los años de lo políticamente correcto han acabado. La nueva política consiste en ofender. ¿Hasta dónde llegará esto? La tolerancia y la libertad de expresión tienen que circular en las dos direcciones. El otro día un conocido me decía que los que más van de tolerantes, terminan siendo los más inquisidores. Me temo que no se equivocaba.