Si no hubiera existido el 15M, ¿hubiera existido Podemos? Opino que no. Iglesias, Monedero y compañía no pensaban en continuar su carrera política paso a paso cogiendo la experiencia necesaria para realizar uno de los trabajos más exigentes: el del político. Estos tres, se dedicaban a vivir cómodos filosofando en una Universidad rodeados de pintadas de apoyo a terroristas e inoculando ideologías totalitarias. Lo normal vamos.
Pero esta gente no es estúpida, tienen unas ideas que llevan intrínseco el ensalzar a las personas para enfrentarlas con otras en vez de combatir los problemas con soluciones, y estas ideas las han sabido aprovechar. La gente normal nunca ha necesitado levantar el puño amenazante para decir que las cosas iban mal y que se debían de arreglar con nuevas políticas, y recuerdo que cuando el puño se levanta, no se suele acabar bien.
Iglesias aprovechó la ocasión como se aprovecha de la gente. Lideró y se adaptó a una corriente de pensamiento que tiene un gran índice de sociabilización, sobre todo entre los jóvenes. Es más fácil sentirse como los demás si no te replanteas la realidad que te rodea y acudes sin más a las asambleas de las plazas. Más divertido, sin duda, que estar pensando si la mejora de las variables macroeconómicas de verdad repercuten en la economía de a pie o no.
¿Y lo peor de esto? Que la llave para parar a los agitadores de masas después del 20D lo único que ha hecho ha sido abrazarles. Seguro que Sánchez y los suyos saben en su interior que esto puede acabar fatal, pero no se piensan dos veces el echarse atrás cuando lo único que sienten es el aliento de Susana Díaz en su nuca. España, como siempre, es la más perjudicada.