En los países anglosajones, y más concretamente en Estados Unidos, la derecha y la izquierda se diferencian claramente. Los límites del arco ideológico se sitúan por un lado, en el liberalismo más radical del Tea Party y por el otro, en la socialdemocracia de Bernie Sanders, una persona que ha tenido que cambiar su autodenominación de socialista a socialdemócrata, por los tintes que tiene en su país este adjetivo.
Es un hecho indiscutible que un sistema bipartidista es el sistema democrático más estable, fiable y sencillo que existe. Pero en ocasiones este sistema no favorece la calidad de la democracia y la deslegitima, creando una fuerte desafección, como hemos vivido en nuestro país. Cuando esto sucede, aparecen nuevos partidos con el objetivo de regenerar el sistema y, en definitiva, cubrir ese espectro de votantes que han quedado descolgados. Votantes que, por ideología o resquemor, no encuentran su hueco en los partidos tradicionales. Pocas personas se paran a pensar en lo que supone tener que vivir en un Estado tan fragmentado ideológicamente.
Podemos, es un ejemplo de partido nuevo que aspira a ganar su propio espacio. Podemos es un peligro para la democracia debido a los tintes ideológicos radicales que contienen ciertas bases y, a la vez, un requisito para que la calidad de nuestro sistema esté acorde a las demandas ciudadanas. No podemos dejar, bajo ningún concepto, que existan personas en un sistema democrático sin opción de representación. La media ideológica en nuestro país se sitúa en torno al centro izquierda, pero contiene unos límites mucho más amplios que en el caso anglosajón, con ideologías que van desde la derecha más tradicional al comunismo reconocido y con espacio en el Congreso. Esto hace que sea muy difícil asegurar un sistema político bipartidista con los más altos estándares de legitimidad por parte de toda la población.
La solución no pasa por borrar a Podemos del mapa, la solución pasa por aportar soluciones reales, por convencer a los ciudadanos de que no solo las nuevas políticas, que en el fondo resultan no ser tan nuevas, son las únicas que traen la regeneración a nuestro sistema. En ocasiones se habla por parte de los partidos tradicionales de la regeneración como un concepto de otra gente, un concepto capaz de hacer daño al partido, cuando no es así.
Lejos de eso, la regeneración es algo inherente a la política. La sociedad avanza y la política debe avanzar con ella. Regeneración es lo que está haciendo Cristina Cifuentes, por ejemplo, demostrando que muchos mitos de la derecha no son más que eso, mitos. Haciendo políticas sociales que muchos definirían de izquierdas, Cristina Cifuentes defiende con valores una política que, sin basarse en el despilfarro como hacen otros, no hace otra cosa sino cumplir los derechos fundamentales de nuestra constitución y asegurar un Estado del Bienestar decente en la Comunidad de Madrid. La solución no pasa por borrar a Podemos, la solución pasa por demostrar que somos mejor que ellos.
> Francisco Becerra es el portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Coslada.