El barrio de Las Letras es una zona que carece de funciones administrativas perteneciente al distrito Centro de la capital de España, Madrid. También se denomina como barrio de los Literatos o barrio de las Musas.
Se encuentra delimitado por la calle de la Cruz y la plaza de Jacinto de Benavente, además del paseo del Prado, la carrera de San Jerónimo y la calle de Atocha.
Algunos de los lugares más característicos y cercanos a esta zona son la plaza de Santa Ana, la calle de las Huertas, y la plaza del Ángel.
Tiene este nombre debido a la actividad literaria que se vivió en estas calles durante los siglos XVI y XVII. Muchos artistas pertenecientes al Siglo de Oro Español tales como Góngora, Cervantes, Lope de Vega o Quevedo gozaron de sus calles. Debido a esta afluencia de literatos, se crearon los primeros corrales de comedias en Madrid, se abrieron el de la Cruz y el del Príncipe que serían de gran importancia en siglos posteriores.
Desde el último cuarto del siglo XX, la zona ha registrado una gran actividad de ocio nocturno en bares, discotecas y pubs del entorno de la calle de las Huertas y de la plaza de Santa Ana.
El barrio es declarado Área de Prioridad Residencial el día 22 de septiembre de 2008 de la mano del Ayuntamiento de Madrid. De esta forma, se convierte en una zona enteramente peatonal en la que solo podrán circular vehículos pertenecientes a los residentes, al transporte público, servicios y urgencias. Estas zonas peatonales han sido ampliadas últimamente.
Madrid es Noticia les propone cuatro restaurantes con su respectivo plato característico, dedicado a sus autores.
El Rincón de Cardeña Pza. del Ángel, 2. La Vida es sueño
Esta taberna andaluza se encuentra muy cerca de la puerta del Sol, el Palacio Real y la Plaza Mayor. Además, a pocos pasos se encuentran los cines y teatros más característicos de Madrid.
Dispone de una carta bastante completa en la que hay sopas, ensaladas, carnes, pescados… Lo más curioso no son estos platos, sino aquellos que están basados en alguna obra de la literatura española.
Lo que más llama la atención de la comida que ofrecen es el plato La Vida es sueño, lleva el mismo título que la obra de Pedro Calderón de la Barca que fue estrenada el año 1635, perteneciente al barroco. Es un mollete relleno de salmorejo que está acompañado de dados de jamón y queso.
La Casa del Abuelo C/ Núñez de Arce, 5. Fortunata y Jacinta
Esta taberna es de carácter histórico, tiene cierto prestigio y ha agradado tanto a clientes nacionales como internacionales. Dispone de una carta basada en productos naturales entre los que llaman la atención las gambas, los langostinos y el vino dulce de Madrid.
La Casa del Abuelo tiene un plato inspirado en Fortunata y Jacinta, la novela de Benito Pérez Galdós publicada en 1887. Está compuesto de chipirones frescos a la plancha sobre caldereta menorquina.
Cazuelas, Tapas y Olé Carrera de San Jerónimo, 22. Caminante no hay camino
Ofrece productos de gran calidad que son servidos en cazuelas y también tapas, lo que siempre gusta a sus clientes. El comensal tendrá la opción de picar algo en la barra del restaurante o sentarse tranquilamente en una mesa para degustar las delicias de las que dispone el establecimiento: entrecot, chuletillas de cordero, cabrito frito y saquitos de horno. Antes de dar paso a estos platos, se recomienda tomar una ensalada fresca.
Se recomienda este sitio, en especial, a los amantes de la literatura y de las tapas. Ofrece un plato llamado “Caminante no hay camino” perteneciente a la obra de Miguel de Cervantes El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicado en 1605 y es ahora la inspiración de una receta basada en pan, tocino, chorizo, pimentón y uvas.
Las Bravas C/Álvarez Gato, 3. Luces de Bohemia
En esta calle se encuentra el local de Callejón de Gato que está lleno de historia. El autor Valle Inclán se inspiró en los espejos convexos y cóncavos que se encuentran en esta calle. Despúes se fundaría uno de los restaurantes con las mejores bravas de la capital española. El establecimiento llamado Las Bravas.
En honor al escritor, se ofrece un plato llamado Luces de Bohemia, la obra teatral perteneciente al esperpento que el dramaturgo publicó en 1924. Esta delicia está compuesta de carne de adobo moruno, patas, salsa –Las Bravas- y alioli verde.