Bienvenidos al sistema parlamentario, en el que corresponde al Jefe de Estado instar a uno de los candidatos intentar formar Gobierno. En primera votación se necesita mayoría absoluta, pero en segunda vuelta simple. Ya habrán visto muchos cálculos en los distintos medios de comunicación; yo solo les traigo un recuerdo:Aznar tardó dos meses en formar gobierno en 1996.
En esta ocasión podemos esperar semanas a que un Gobierno que se antaja inestable sea conformado. Felipe VI tendrá que mojarse y ver a quién da este mandato. Las presiones para intentar una gran coalición PP-PSOE ya han empezado.
Tenemos por delante una legislatura que dará mucho juego parlamenrario -nuestro sistema no es presidencialista-, pero, ¿cuánto durará el Parlamento resultante del 20-D? A priori menos de cuatro años.
Lo que es seguro es que se acabaron los reales decretos y el rodillo del Consejo de Ministros.
Otra incógnita: ¿qué sucederá con Senado? Lo que es seguro que con los datos de las elecciones de este domingo será más relevante por otro motivo. El PP tanto si gobierna como si no, tendrá amplia capacidad de bloqueo y veto. Todo volverá al Congreso de los Diputados.
La economía y la unidad de España, que quedarón excluídas del cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, se presentan como importantes derivadas al cierre de las urnas.
Habrá un tiempo de incertidumbre lo cual puede poner nerviosos temporalmente a inversores e instituciones europeas. No es una anomalía sino simple y llanamente un hecho: es momento de hablar y hacer política.
Artur Más debe abandonar su plan. Los catalanes han optado masivamente por reclamar un referéndum. Hay mayoría parlamentaria suficiente para lograr ese referencia. También para cambiar la ley electoral.
Bienvenidos a la democracia parlamentaria.