Tres o cuatro linces ibéricos viven ya en la Comunidad de Madrid, según se puede concluir de un trabajo de fin de máster presentado por Javier Lobón, alumno de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense, tras el hallazgo de nueve excrementos confirmados de este animal.
El tutor de la investigación, el profesor Germán Alonso Campos, ha explicado que se trata de un trabajo, cuyas conclusiones adelantó eldiario.es, que aún no está publicado en una revista científica.
«El trabajo, que ha sido arduo y muy bien valorado, tiene un tiempo para realizarse y busca que los alumnos hagan un trabajo científico que les habilite para ejercer la profesión», ha explicado.
El trabajo se ha dividido en varias partes. Primeramente, se registraron los 48 avistamientos de linces –un animal que se consideraba extinguido desde hace décadas– que se han dado en la región en los últimos años, «con citas absolutamente fiables». Estos datos les permitieron dibujar un mapa iniciar por donde se movía el animal.
A continuación, se programaron recorridos de un radio de cinco a siete kilómetros en dos épocas del año para seguir los movimientos del lince. La primera, realizada en enero y febrero, en la época de celo, y la segunda entre mayo y junio, que es cuando se mueven las hembras.
En los rastreos no hallaron huellas claras, pero sí una veintena de excrementos, que contrastado con los patrones, dieron positivas en AND en nueve de ellas. De un estudio más pormenorizado de las mismas el investigador concluye que se corresponderían a tres o cuatro ejemplares distintos.
«Podemos decir con este estudio que probablemente hay un hábitat bueno para el lince en la región por el monte bajo, en la zona de pie de monte que transcurre desde Robledo de Chavela por el río Guadarrama. La campiña de Madrid le gusta», ha concluido.
Ahora, los investigadores del lince aseguran que tienen que continuar el estudio del uso del hábitat y del alimento de los linces –creen que han estado comiendo corzos, entre otros pequeños animales–, además de saber cuántas hembras y machos están asentados de forma estable en Madrid.
Por su parte, la portavoz de Ecologistas en Acción María Ángeles Nieto ha calificado de «estupendo» el descubrimiento y apremia a la Comunidad de Madrid a que se pronuncie al respecto. «Esperamos que se desarrolle cuanto antes una iniciativa de protección de la especie», ha dicho.
«Tampoco nos sorprende que llegue el lince a Madrid porque ha habido avistamientos, los últimos en 1998. Suponemos que han llegado de los Montes de Toledo, que desde hace tiempo se ha detectado presencia. Es una zona en la que ya han vivido linces y que cumple las condiciones», ha detallado la portavoz ecologista.