Los madrileños podrían ahorrar hasta 500 euros al año en comida, si bien consideran que «tiran poca comida a la basura y que suelen aprovechar las sobras», según las conclusiones que recoge el estudio Conservación y desperdicio de alimentos en los hogares españoles realizado por la compañía de investigación independiente, Toluna.
El objetivo del estudio era «conocer los hábitos de conservación y desperdicio de alimentos de los españoles, con el foco puesto en septiembre y en la vuelta a la rutina, tras un período de gastos elevados ocasionados por las vacaciones».
Según señala el estudio, si conserváramos «mejor» los alimentos los ingeriríamos en perfecto estado, «evitando intoxicaciones, y no desperdiciaríamos comida».
La encuesta se ha realizado a 1.000 españoles, hombres y mujeres, de entre 25 y 60 años de edad, de todas las comunidades autónomas. El perfil del encuestado tipo vive con su pareja en familia –uno o dos hijos– y suele desayunar, comer y cenar en casa.
LOS DESPERDICIOS
Al preguntar por la cantidad de alimentos que se arrojan a la basura, el 86,23 por ciento de los madrileños confiesa tirar habitualmente comida a la basura, frente a un 13,77 por ciento que confiesa no tirar nada.
En cuanto al valor mensual que asignan a los desperdicios en el hogar, el 86,55 por ciento de los madrileños lo calcula en un máximo de 40 euros, cantidad que al año rondaría los 500 euros.
Pan y bollería, fruta y comidas cocinadas previamente o sobras son los alimentos que los encuestados tiran a la basura con «más asiduidad» a lo largo del año.
Sin embargo, una vez llegado el verano, son las frutas típicas de la época estival –como fresas, melocotones, melón o sandía– los alimentos que los madrileños tiran con «más asiduidad», frente al queso, que se convierte en el producto que menos tiran.
En cuanto a los productos caducados, el 76,09 por ciento de los madrileños los tira siempre teniendo en cuenta el tipo de alimento o el tiempo transcurrido, frente a un 23,91 por ciento que los aprovecha siempre.
LA CONSERVACIÓN
El motivo principal de que los alimentos terminen en el cubo de la basura es el olvido de productos en la nevera (37,82 por ciento), seguido del deterioro de los mismos producido por la mala conservación o el mal almacenamiento (30,25 por ciento) o de las «sobras» de las que el 28,57 por ciento de los madrileños termina deshaciéndose.
Conservar la comida que sobra en la nevera para aprovecharla después es «la tendencia más común» entre los encuestados con un 61,59 por ciento de respuestas afirmativas. Por otro lado, un 18,84 por ciento congela las raciones que sobran frente a un 11,59 por ciento que aprovecha el sobrante para preparar otros platos.
Las maneras más comunes de conservar los alimentos sobrantes en la nevera son «utilizar un tupper, envolverlos en film transparente o envasarlos al vacío con una envasadora».
PLANIFICACIÓN DE LOS MENÚS Y LISTA DE LA COMPRA
Un 57,25 por ciento de los encuestados considera que sabe calcular bien las cantidades en función del número de comensales a la hora de preparar la comida porque no les gusta que sobre comida. Sin embargo, un 31,16% prefiere cocinar de más para otras ocasiones y 11,59 por ciento reconoce que no sabe calcular bien las cantidades.
Cuando se disponen a preparar la comida, alrededor de 1 de cada 4 de los encuestados afirma no siempre poder hacerlo por encontrarse los ingredientes caducados o en mal estado.
Un 34,78 por ciento de los madrileños reconoce que compra más de lo que necesita. Por el contrario, un 49,28 por ciento afirma que planifica perfectamente la lista de la compra y no compra de más y un 15,94 por ciento confiesa que «se deja llevar por las ofertas».
HÁBITOS QUE AYUDARÍAN A NO DESPERDICIAR ALIMENTOS
En cuanto a los hábitos que ayudarían a no desperdiciar tantos alimentos, los madrileños optarían por planificar los menús semanales de acuerdo con el consumo del hogar, en un 39,47 por ciento, o aprovechar los sobrantes de las comidas cocinadas, en un 31,67 por ciento.
Si los encuestados tuviesen una manera de conservar mejor los alimentos, la respuesta más común es que aprovecharían mejor las ofertas, seguida de comprar mayores cantidades de alimentos para espaciar más la compras, no desperdiciar tanta comida y, por último, aprovechar mejor el espacio en la nevera.
Al preguntarles sobre si influye en su decisión de compra el no tener la posibilidad de conservar correctamente la comida y así evitar su deterioro, el 43,48 por ciento de los encuestados han respondido afirmativamente.