Ante el partido contra el Valencia algo se rompió en Casillas. No pudo más, su paciencia se agotó, explotó ante los pitos. Unos pitos que no son nuevos desde hace un tiempo, pero que este sábado fueron más generalizados que nunca. Realmente, ninguno de los dos goles fueron errores graves, pero hay un sector del Bernabéu que le tiene ganas, muchas ganas. Y el guardameta de forma equivocada se enfrentó a la grada.

Estos son unos lodos que vienen del pasado. De aquel enfrentamiento Mourinho-Casillas en el que el entrenador portugués salió vencedor. Mourinho dejó de confiar en Iker, no le gustaba esa relación directa que tenía con la prensa.

Sería muy necio no admitir que el capitán ha filtrado innumerables secretos del vestuario a los muchos amigos que tiene en los medios. Las llamadas de Iker a compañeros diciéndoles qué decir y qué no decir, fueron, han sido y serán una realidad. Una forma de hacer las cosas que, por cierto, también hace su Presidente Florentino Pérez, pero por miedo a las represalias, eso no sale a la luz. Un Florentino, que lamentablemente, jamás ha salido a defender al capitán del Madrid públicamente. Cosa que sí ha hecho con otros jugadores fichados por él, pero que no ha hecho con un canterano de Móstoles.

A parte de eso, ¿todo era una cuestión de que Iker fuera el topo? Rotundamente no. Iker ha sido el mejor portero de la historia del Madrid y de España. Pero llegó un momento en que se había acomodado, y Mourinho lo sabía, no le gustaba la forma que tenía de trabajar y por eso llegó Diego López. Pero es que el de Setúbal se fue, llegó Ancelotti y siguió poniendo al recién llegado.

Y es que hay que admitir Iker no es el futbolista más profesional del mundo. Durante mucho tiempo ha sido el mejor porque ha sabido explotar unas cualidades innatas, sobrenaturales. Pero si los futbolistas quieren seguir manteniendo su rendimiento con el paso de los años, tienen que cuidarse, y eso Casillas nunca lo ha hecho. Nunca se ha exprimido en los entrenamientos, para él, eso es un trámite porque sabía que iba a ser titular igualmente.

Desde que empezó el tema Casillas, nunca le hemos escuchado defenderse de lo que se le acusaba, mal hecho. Un Iker muy mal asesorado, no salió a sincerarse hasta aquella entrevista con Iñaki Gabilondo. Pero ahí la pelota ya se había hecho demasiado grande, el debate en torno a su figura era imparable.

Iker ya no puede vivir del estatus, de los méritos conseguido, eso vale en muchos otros equipos, pero no en el Real Madrid. Así que si Iker quiere seguir siendo titular y tapar bocas, debe trabajar el doble que sus compañeros por todo lo que representa ser capitán del Madrid; y si no es capaz de eso, es hora de dar un paso a un lado y asumir una suplencia que antes o después le tiene que llegar a un futbolista que está a punto de cumplir los 34.