La litiasis biliar, también conocida como presencia de cálculos o ‘piedras’ en la vesícula biliar es una enfermedad muy frecuente, sobre todo en mujeres a partir de los 40 años.
La vesícula biliar es un órgano en forma de bolsa o reservorio de unos 10 cm. de tamaño situado debajo del hígado que se encarga de almacenar y liberar la bilis. Esta sustancia de color amarillento verdoso, producida por el hígado, sirve para facilitar la digestión y la absorción de los alimentos. Con la ingesta, la vesícula se contrae y expulsa la bilis al intestino. A veces, el exceso de algunos componentes de los fluidos gástricos, como el colesterol o la bilirrubina, provocan que haya acumulaciones de los mismos, formando las piedras.
Uno de los problemas que presentan su aparición es que a veces no ‘dan la cara’. Es decir, la mayoría de los pacientes (hasta un 80%), no sufren síntomas. Y cuando se produce alguno de ellos, como el denominado “cólico biliar”, se suele experimentar dolor en lado superior derecho del abdomen con irradiación a la espalda y al hombro, acompañándose a veces de náuseas y vómitos.
Se sabe que los factores de riesgo que pueden desencadenar el trastorno son: antecedentes familiares, mala alimentación (dietas abundantes en grasas y pobres en fibra), colesterol elevado, obesidad, pérdidas bruscas de peso, embarazos múltiples y alteraciones anatómicas, entre otros.
Se trata de un trastorno sobre el que se debe estar alerta ya que puede desencadenar complicaciones como: Colecistitis aguda (obstrucción de la salida de bilis de la vesícula, por un cálculo, produciendo inflamación e infección de la vesícula), o pancreatitis aguda (una inflamación del páncreas que en los casos graves puede causar la rotura del mismo, lo que pueden poner en peligro la vida). Asimismo, puede ocasionar ictericia obstructiva o coledocolitiasis: la emigración de uno o varios cálculos, al conducto biliar, no pudiendo pasar la bilis al intestino, provocando en los casos leves, el color amarillo en la piel y en los ojos. En los graves, una colangitis (infección muy grave).
Para el diagnóstico de la litiasis biliar se dispone de la ecografía como prueba de elección y para el tratamiento se sabe que el más definitivo y eficaz es la cirugía, que consiste en la extirpación de la vesícula junto con las piedras (colecistectomía). Existen otros tratamientos alternativos, como el Ácido Ursodesoxicólico, capaces de disolver cierto tipo de cálculos, pero es poco aconsejable, ya que es solo eficaz en algunos casos y de forma temporal, porque los cálculos vuelven a aparecer y no evita las posibles complicaciones de la litiasis.
La colistectomía laparóscopica ha demostrado ser muy segura y efectiva. Una vez anestesiado el paciente se introduce un gas en la cavidad abdominal, a través de una aguja. A continuación se realizan 3 o 4 incisiones de pequeño tamaño, por donde se introduce una óptica que conecta a un monitor de TV dentro del quirófano, así como los instrumentos necesarios para la extirpación de la vesícula. Esta última se introduce en una bolsa tras su amputación y se extrae a través del ombligo, todo ello gracias a la visualización en el monitor. Como todas las intervenciones posee algunos riesgos o complicaciones (sangrado, infección, lesión del conducto biliar, vasos sanguíneos e intestino o fuga de bilis) pero se presentan en raras ocasiones y la mayoría se corrigen durante el acto quirúrgico.
Además, los pacientes suelen tener un buen postoperatorio, con escaso dolor abdominal. A las tres horas, aproximadamente de la intervención, se puede iniciar la dieta oral con líquidos y a continuación una comida suave. El paciente permanece así hospitalizado menos de 24 horas.
En el futuro se puede hacer una vida completamente normal, ya que la falta de vesícula se tolera sin problemas ya que el sistema digestivo puede funcionar correctamente sin ella, desapareciendo en la mayoría de los casos todos los síntomas.
El Dr. Alberto Muñoz-Calero es cirujano general y del aparato digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario.